El valor del ¿arte?

Es un alivio no tener que explicar que es un NFT. Para eso está internet, donde se pueden encontrar multitud de entradas que intentan abordar el asunto de forma más o menos académica. Lo que llama la atención es el precio que se paga por estas obras que, al fin y al cabo, son archivos digitales. Estamos hablando de millones de dólares (repito, millones de dólares) por creaciones digitales que van desde el meme de un gato en movimiento dejando una estela de colores, hasta un collage compuesto por 5.000 instantáneas, una por día durante los últimos 13 años.
Si hay algo que justifique estos precios es algo que escapa a la comprensión del común de los mortales. O no. Porque ¿qué valor le damos a las cosas? Pues lo que cada uno esté dispuesto a pagar por ellas. Ni más ni menos. Y es aquí donde entran a jugar conceptos como marketing, especulación…….prácticas que buscan el aumento de la demanda (RAE dixit) con intención de promover el comercio y que tienen como objetivo final aumentar los precios de un bien. Y es en este universo donde los NFT´s parece que se mueven como pez en el agua.
El recorrido que puedan tener estas modalidades de arte está por ver.
En su estupendo libro “El infinito en un junco”, Irene Vallejo reivindica la vigencia de los libros frente a los que los consideran como objetos del pasado. “Lo curioso es que aún podemos leer un manuscrito pacientemente copiado hace más de diez siglos, pero ya no podemos ver una cinta de vídeo o un disquete de hace apenas algunos años, a menos que conservemos todos nuestros sucesivos ordenadores y aparatos reproductores, como un museo de la caducidad, en los trasteros de nuestras casas”. La velocidad a la que avanzan las nuevas tecnologías convierten en obsoleto cualquier archivo digital en pocos años. Podemos admirar un retrato pintado en el siglo XVI pero no podemos ver fotos digitales de hace 15 años porque nuestro ordenador ya no es compatible con los dispositivos en los que estaban almacenados.
El hecho de que la casa de subastas Christie's (fundada en 1.766) haya realizado recientemente su primera operación con NFT's da a entender que quizás sean el futuro. Aunque ese futuro pueda quedar circunscrito a museos, físicos o virtuales, en los que poder recuperar creaciones que ya no pueden ser examinadas de otra manera.
Lo positivo de todo esto es que” inventar” arte está al alcance de cualquiera. Basta con saber utilizar el ordenador. Cualquiera puede crear. El hecho de que una buena parte de la población no alcance a comprender su obra no es algo que deba preocupar al “artista”. Siempre puede consolarse pensando que a Einstein tardaron años en otorgarle el Premio Nobel de Física ya que el comité encargado de revisar su Teoría sobre la Relatividad no era capaz de comprender lo que estaban leyendo. Quizás su obra esté adelantada a su tiempo y sea precursora de una nueva tendencia que no todo el mundo es capaz de apreciar. En la sociedad actual, donde lo que prima es cuantificar el valor económico de cualquier cosa, simplemente tiene que esperar a que cualquier iluminado decida hacer una oferta.
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